SEGUNDA ENTREGA:

El 5 de enero de 1927, y ante el incumplimiento de la Tropical Oíl Company a las exigencias de los trabajadores agrupados en la SOCIEDAD  UNIÓN OBRERA, pues había incrementado diez centavos por cada peso con cincuenta centavos que ganaban los obreros ante una situación de inflación con  salarios congelados, con despidos sin justa causa.

la falta de descanso dominical remunerado, las jornadas superiores a diez horas diarias y el creciente desmejoramiento de los campamentos y de los pocos servicios médicos, se realizó un grandioso mitin encabezado por  Raúl Eduardo Mahecha, quien ya había recuperado su libertad, Isaac Gutiérrez Navarro y con el asesoramiento de Tórrez Giraldo y María Cano, aprobaron la huelga y presentaron un pliego de peticiones que contempló en los puntos 5 y 6 mejor comida y mejores condiciones MÉDICO SANITARIAS.

Al día siguiente de iniciada la huelga, los comisionados obreros se presentaron ante la Tropical para entregar el Pliego, sin que fueran atendidos negándose a recibirlos.

La huelga fue total en el Río Magdalena, pero la represión del Gobierno no se quedó atrás, pues el 21 de enero fueron detenidos varios huelguistas, entre ellos Isaac Gutiérrez Navarro, asesinados varios de ellos en el restaurante el “Chino John”, y tragados por las aguas del río Magdalena luego de ser arrojados por las fuerzas militares muchos más junto con los que se lanzaron para protegerse de las balas de la policía comandada por el General Pulecio, cuando Mahecha pronunciaba un discurso en el “banquete” que había organizado por la renuncia del alcalde de Barrancabermeja, Saúl Luna Gómez, como solidaridad con los huelguistas.    

El gobierno de Abadía Méndez ante la solicitud de la Tropical declaró turbado el orden público en el Municipio de Barrancabermeja, y nombró al General Manuel Castro, jefe Civil y Militar del puerto petrolero.

No obstante que los huelguistas se entrevistaron con el Presidente Abadía Méndez, el movimiento huelguístico fue arrasado por el ejército al tomarse las siete calles del puerto. Los soldados a bayoneta calada perseguían a los trabajadores quienes se escurrían entre las cañadas y los tremedales hasta 

arribar al sitio donde Mahecha y demás dirigentes habían organizado la despensa de la huelga. Dos días después, el ejército descubrió el sitio de acopio, deteniendo varios huelguistas y con ellos a Raúl Eduardo Mahecha, Ricardo López y Jesús Piedrahita. Además, se ordenó la detención de María Cano y Torres Giraldo; y el 29 de enero en Girardot fueron arrestados los dirigentes Ángel María Cano y Guillermo Hernández, quienes con soga al cuello y brazos fueron arrastrados hasta un vagón de tercera clase con una custodia de policías armados con rifles. Iguales suertes corrieron Manuel Castro y Luís Eduardo Mahecha, quienes fueron condenados a purgar prisión en el panóptico de Tunja por el término de un año.

La Tropical nuevamente ganó la pelea a los trabajadores con el sofisma de que “los trabajadores habían abandonado los cauces del derecho” y con el grito de que “matar colombianos era igual que matar micos en la selva, con el apoyo incondicional del gobierno colombiano.

Espero que, con esta segunda entrega, los que no saben la historia, les empiece a quedar claro cuánto ha costado el servicio médico que recibimos y si vale la pena, defenderlo o no.